La respiración ocupa, sin lugar a dudas, un lugar relevante en la práctica de yoga. Como los yoguis han sabido desde hace siglos (y como la ciencia está empezando a descubrir), la respiración influye en nuestras acciones y en nuestras emociones, así como también está influenciada por ellas. Ya los hindúes, japoneses, chinos y griegos reconocían la fuerza indestructible de la respiración. Para ellos la respiración era una ciencia, un arte que daba a las personas una vida plena, armonía, autoconocimiento, creatividad, fuerza y resistencia.
Si volvemos la mirada a épocas anteriores, lo primero que notamos es que antes se vivía de forma distinta a la de ahora.
PRANAYAMA:
El Control de la Respiración
Colegiales - Palermo . Ciudad de Buenos Aires
La humanidad en la actualidad se entrega a profesiones que exigen poco movimiento, pero vive bajo una enorme presión, que además es permanente y no se destruye, nuestros antepasados eran recolectores, cazadores, nómades, y vivían de su movilidad, fuerza y habilidad. Si eran amenazados por la naturaleza, reaccionaban con miedo y todo su organismo se ajustaba a él, las energías se preparaban para la huída o la lucha, corazón y respiración aumentaban su trabajo para suministrar oxígeno a los músculos, pero las funciones corporales que no eran importantes para la huída y la lucha, como por ejemplo la digestión, quedaban excluídas. Por lo tanto, el miedo tenía una función vital para los hombres primitivos. El miedo está unido a una variación del ritmo respiratorio, es una inspiración, una carga del cuerpo con oxigeno necesario que los músculos necesitan para realizar una actividad.El hombre hoy en día tiene menos posibilidades de eliminar las tensiones, detrás de la mesa de escritorio apenas puede moverse, y mostrar demasiadas emociones esta prohibido. Para el cuerpo esto significa que el corazón debe trabajar permanentemente contra resistencias demasiado grandes y que la presión de la sangre es continuamente elevada. Antes eran raros los ataques cardíacos, hoy en día son muy frecuentes. En la actualidad la musculatura del hombre está demasiado rígida, acortada, formando tensiones que bloquean el flujo de sangre y de la respiración.
Sólo si las células reciben suficiente oxígeno podrán renovarse o regenerarse suficientemente. Por lo tanto, todas las células humanas pueden ser influídas positivamente y manipuladas a través de una gimnasia respiratoria bien orientada y de un entrenamiento persistente. La percepción y la seguridad de la respiración larga o lenta producen tolerancia, tranquilidad, reflexión interna y serenidad.
La respiración es un gesto involuntario que ocurre en las vísceras, pero también involucra a los músculos, regiones del esqueleto, articulaciones…abarca, en realidad, todo el cuerpo, desde la coronilla hasta la pelvis. La respiración se encuentra en interacción con los brazos y las piernas, la columna vertebral, la cintura escapular, la caja torácica, el tronco y la musculatura respiratoria auxiliar. Son de importancia decisiva el estado de los músculos y la movilidad de las articulaciones. Un cuerpo que se encuentre en equilibrio armónico posee músculos, ligamentos, tendones y articulaciones elásticos. Los órganos no están comprimidos y el acceso de la sangre no se halla obstaculizado. La respiración no está bloqueada por tensiones musculares, el aire fluye libre por la musculatura relajada.
Resulta sumamente importante una postura armónica, relajada y enérgica y un tono muscular equilibrado, ni demasiado alto ni demasiado bajo para una respiración profunda, natural y saludable.
Además, el flujo respiratorio está regulado por el sistema nervioso, y es, al mismo tiempo, un acto sobre el cual podemos ejercer nuestro control, de manera conciente, modificándolo de variadas formas con efectos a muchos niveles, tanto físicos como mentales.
En yoga, al control de la respiración se lo denomina Pranayama, aunque esa palabra es mucho más amplia que eso. Swami Sivananda dice: “Prana es la suma total de todas las energías contenidas en el universo”, ayama significa: reprimir, dominar, controlar. Todo lo que se mueve en nuestro Universo es manifestación del prana, y no sólo la respiración…Traducir Pranayama por “ejercicios respiratorios” sería una limitación del alcance de esos ejercicios, y desconocería su meta verdadera: la captación, acumulación y el control conciente de las energías vitales pránicas en nuestro cuerpo. Pranayama es también la meta de los asanas, bandhas y mudras.
Entre la mente y el prana existe una interacción que hace que el hatha-yoga vaya mucho más allá de lo físico. La finalidad del yoga es la de intensificar y controlar concientemente este metabolismo pránico para duplicar las energías físicas y mentales del practicante. Los principales puntos de absorción del prana son: las terminaciones nerviosas de las fosas nasales, los alvéolos pulmonares, la lengua, la piel.
El control de la respiración es una parte importantísima de la práctica de Pranayama y es también un medio sumamente eficaz y al alcance de todos para llegar a acumular y a repartir las energías vitales. La respiración es un poderoso instrumento para tratar estados físicos y emocionales como el estrés, la fatiga, la ansiedad etc.
Junto a las técnicas respiratorias antiguas que propone el Pranayama, existen gran variedad de ejercicios respiratorios, que hoy en día se agrupan con el nombre de “gimnasia respiratoria”.
La suma de ambas técnicas es ideal para concientizar al máximo la función y efecto de la respiración en nuestro cuerpo, para ampliar la observación de cómo respiramos en las diferentes situaciones de la vida, para desarrollar la habilidad de profundizar la capacidad de percibir las propias experiencias, además, entrenando el aliento estarás más presente en tus actividades diarias, apaciguando la mente y haciéndola menos dispersa, más clara, mas atenta.
Otro objetivo de la gimnasia respiratoria es el desarrollo, aprendizaje y cuidado del aparato respiratorio, que puede estar completamente abandonado, entumecido, debilitado e incluso atrofiado.
La gimnasia respiratoria no sólo debe ocuparnos cuando la enfermedad se haga presente, sino que también debe ser encarada en forma preventiva, para el mantenimiento de la salud y la resistencia en personas sanas.